EL BATI AYER PISÓ POR PRIMERA VEZ EL PASTO DEL AMALFITANI. EL SÁBADO CON TIGRE VOLVERÁ.
Centro de Nicolás Cabrera desde el costado derecho. Anticipo ofensivo de Rodrigo López. Poste. Joaquín Larrivey huele el rebote y ajusticia de zurda: gol. Ricardo Gareca, juez casero, lo celebra sin histrionismo y Fabián Cubero le da la bienvenida sin divismos: "¡Buena, Joaquín!".
Era su presentación con su nuevo técnico, con sus nuevos compañeros, en su nuevo club. Eran los primeros 16 minutos con los titulares. El Tigre ayer obró sin hipocresía: necesitaba un delantero y lo usó. Era la tercera práctica del Bati, sí. Todavía desconoce cada ADN futbolero del resto del grupo, sí. Pero los buenos destruyen mitos que explotan los malos para escudarse. Larrivey juega bien y se nota. Tiene impronta, prestancia y envergadura del típico nueve atlético. Es anfibio: en el área es un animal pero fuera de ella depreda con aptitudes. En el ST se estacionó sobre la derecha, encaró, por encima de la pelota engañó con algunos bailes, pisó para la izquierda y el defensor lo taló. Se volvieron a oír los aplausos de sus compañeros. Pero minutos después enmudeció el Amalfitani. 26 del ST: recibió solo de espaldas al arco, giró y probó desde 30 metros. El remate pegó en el ángulo derecho y fue el preludio de un silencio estimulado por el asombro. Ya los había enamorado.
Gareca lo utilizará como titular el sábado ante Tigre para encontrar el gol que hasta ahora le es esquivo. Físicamente está listo. Motivación le sobra, el mismo técnico ya se la destacó. Y futbolísticamente se lo hizo saber a todos: el gol fue su carta de presentación...
fuente : ole
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