jueves, 26 de febrero de 2009

"A veces metía buenas manos".

Nico Otamendi volverá a ser titular y quiere aprovechar su pasado de boxeador. "Me ayudó en lo atlético", tiró.


La sesión de fotos para Olé ya terminó. Sin embargo, Nicolás Otamendi todavía no quiere sacarse los guantes de boxeo. "Uhh, no sabés las ganas que tengo de darle", dice, mientras le pega un par de piñas a la bolsa. Claro, es que Chupe, como se lo conoce, tiene pasado pugilístico. "Tenía ganas de hacer algo fuera de lo relacionado con el fútbol, que es lo que más me gusta. Y una vez fui con mi primo y un amigo, nos metimos y me gustó", relata.

-¿Pero por qué se te dio por el boxeo?

-Quizá no tanto para pelear pero sí para hacer los movimientos, agarrar fuerza en los brazos y descargar un poco. Hice un año y después dejé porque me quemaba el físico para jugar al fútbol y no me daban los tiempos para este hobby.

Su pasión por el boxeo ya quedó atrás. Las tardes en el gimnasio de El Palomar (donde alguna vez se entrenó la Hiena Barrios) luego de la siesta, ya quedaron atrás. Hoy el Chupe Otamendi, luego de un verano con grandes actuaciones, es central titular en el equipo de Gareca (reemplaza al lesionado Ponce). "Gareca me dio está posibilidad y quiero dejar una buena imagen. En cada práctica me mato para demostrarle al técnico que puedo estar", resalta.

-¿Te sirvió de algo el boxeo para el fútbol?

-Sí, sobretodo en las piernas. La soga, los movimientos de cintura, esas cosas ayudan a ser un poco más atlético.

-¿Y con las manos?

-Nooo, nunca, ja ja.

-No vas a decir que nunca terminó a las piñas un partido en el barrio.

-Sí, ahí sí, pero prefería no meterme porque si me llegaba a pelear con alguien me iban a buscar a mi casa. Encima ya estaba jugando en Vélez, así que no.

-En Inferiores tenías fama de duro, ¿es así?

-¿Duro? Sí, puede ser, ja. En Inferiores volaban patadas, pero piñas muy poco. Bueno, por ahí alguna que otra piña sí, pero tampoco me quiero quemar, je je.

Con 21 años recién cumplidos, el Chupe es padre de Morena, su rubia debilidad de tan solo un año. "Le re pifié al nombre, ¡es rubia! No sé a quién habrá salido, estamos buscando al padre todavía, ja", bromea, enternecido.

-¿Con esa ternura boxeabas? Te iba mal...

-Ja, no. Era un poco bueno. A veces metía buenas manos, como también me comía una que otra.

fuente : ole

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