Lleva una melena blonda y aún algo tupida a pesar del viento de las décadas. Jeanes gastados, camisa rosada y gafas son sus atisbos de modernidad. Porta una impronta que anuncia autoridad, una prestancia que subraya valores, una estampa que se traduce en códigos de otrora. No camina la calle, la vigila. Es un tigre. Va aggiornado, aunque aún le laten sus consignas pretéritas. Va seguro y confiado. No teme más porque ya temió. Sabe tanto que también sabe qué puede dar. Sabe bien que llegó de incógnito. Sabe que el boom de su llegada destruyó menos estructuras que las que pudo haber derrumbado la contratación de un técnico precoz e histriónico. También, sabe dispensar dudas ajenas y, ante el grabador de Olé, avisa: "Yo también soy exitoso...".
-¿Por qué lo creés? Porque tendrás claro que tu llegada pudo haber creado menos resonancia que el arribo de un Cagna, un Simeone, un Bianchi.
-Sí, lo comprendo y no me molesta para nada. Porque sé que, generalmente, van detrás de los técnicos exitosos y yo también lo soy. Vengo de ganar en Perú. Sé que se busca al entrenador que está de moda. Pero el técnico más exitoso de Vélez fue Bianchi y a él lo fueron a buscar de Francia cuando muy poco se sabía de él.
-Y quién dice que pueda pasar lo mismo ahora...
-Ojalá. Es difícil lograr lo que logró Bianchi. Pero los récords están para quebrarlos: siempre llega alguien nuevo para superar a otros técnicos. A lo mejor pasan años, a lo mejor no.
-¿Cómo fue eso que Bianchi habló bien de vos?
-Tengo entendido que fue motivo de consulta de parte de los dirigentes y que Carlos ha hablado bien de mí. Y se lo agradecí personalmente.
-¿Creés que traerte puede ser una apuesta fuerte de los dirigentes?
-Sí, puede ser una apuesta fuerte de (Christian) Bassedas y de los dirigentes haberme traído, no te lo niego. Yo sé lo que puedo dar y lo que puedo rendir. Pero sí reconozco que el periodismo y la gente lo tomen como una apuesta.
-¿Y cómo creés que te va a recibir el hincha?
-Desconozco. Intuyo que con expectativas y con la necesidad de ver a un equipo ganador, porque el hincha de Vélez se acostumbró a ganar.
-Conocés el club, a los dirigentes, pero: ¿Le tenés miedo a la hinchada de Vélez?
-Miedo no le tengo a nada. Yo jugué en Boca y River. Dirigí clubes importantes y conozco casi todas las hinchadas. Estoy preparado. No me quiero extender, porque extenderte es llenarte de argumentos y los argumentos los tengo que dar en una cancha. Considero que soy un tipo capaz y me he preparado durante toda mi carrera, independientemente de si la experiencia fue buena o mala. Y tampoco espero un trato diferenciado del hincha. Porque primero no sería justo, me incomodaría y no es lo que necesito. Necesito que se me analice como cualquier otro entrenador.
-¿Traicionarías tus premisas si el hincha te pide ganar "como sea"?
-Uno tiene una manera de trabajar y de ver el fútbol que va formando con los años. Yo nunca traicionaría mi estilo de juego, pero sé que lo importante es ganar. Buscaría todas las variantes posibles como para que el equipo pueda ganar, en la medida que yo vea que la continuidad que les estoy dando no los lleva a eso. Si yo veo que al equipo le das una continuidad y empezamos a obtener resultados, la voy a sostener. Pero si tengo que cambiar, cambió. No la esencia, no el mensaje. Pero busco las variantes para llevar al equipo a la victoria, si no mi estabilidad se me complica. Los años me han dado mayor fortaleza en el aspecto que uno va tolerando más la presión de la gente, los insultos, la ansiedad. Pero mi continuidad no depende de mí, depende de otra gente. Por que en el fútbol es difícil que te esperen...
-Entonces, ahora con la platea de Vélez te vas a tener que poner mucho más tolerante.
-Pero en esta profesión es algo normal. El técnico que ya tiene varios años en esto está acostumbrado a esta situación. Técnicos que, de pronto, arrancaron ganando, ganando y ganando pero no están acostumbrados al insulto y a la necesidad de ganar. Lo ideal sería tener éxitos siempre, pero eso es imposible porque cuesta mucho salir campeón. Hay técnicos importantes que nunca han salido campeones. Es muy difícil el éxito. Todos vamos en busca de eso, pero pocos llegan. Los malos resultados son los te hacen crecer y madurar.
Altera la órbita de la entrevista y se prueba el traje de profesor. Enseña y deja retazos de su entender: "Me gusta la inventiva del jugador. Hay movimientos que se pueden automatizar y creo que son positivos. Aunque soy más fanático de la inventiva del jugador. Tengo que ver si saben aprovechar esa libertad: si es beneficiosa y lastima. Pero si esa inventiva no es eficaz, los automatizo porque no hay claridad.
¿Cómo sos como técnico adentro del vestuario?
-Soy de hablar lo justo y necesario. No considero que todo pasa por hablar. Me gusta todo lo que tenga que ver con la dirección técnica, desde analizar rivales y el equipo propio, de trabajar lo que necesita trabajar dentro del campo y de motivar lo debido. He tenido cantidad de técnicos, desde Menotti, Bilardo, Bambino Veira, Basile... Y me manejo igual que ellos. Puede ser que me identifique más con uno que con otro, pero justamente no voy a decirte con quién. En definitiva, todos somos los mismos con el paso del tiempo. Y todos saben que deben estar informados.
-¿Y a qué fútbol creés que venís a dirigir?
-Hoy el argentino es muy exitista y el periodismo apunta al que tiene éxito. Para mí no es así, pero reconozco que el que tiene éxito es el que está de moda y el que aparentemente tiene la verdad.
-¿Cuál es la función real de un entrenador?
-La conducción. Hoy todos saben de fútbol. El periodista tiene noción de la táctica, pero lo difícil es la comunicación con el jugador y saber llevarlo. Vos tenés 30 jugadores, de los cuáles 11 están bien porque juegan, siete van al banco y el resto que ni siquiera está entre los suplentes. Ahí, en tenerlos a todos bien, entra en juego la conducción.
-¿El técnico sólo analiza el resultado?
-Nos guiamos por lo que vemos. Si vemos que ésa es la manera con la que vamos a salir adelante, hasta podemos tolerar tres derrotas consecutivas. En cambio, la gente, el periodismo y los dirigentes no. Porque hay dos análisis: el del técnico y el de los otros. Nosotros no vemos sólo el éxito, pero sí entendemos que, en definitiva, es lo que manda, es lo que nos mantiene con trabajo.
fuente : ole
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