Emiliano sale a festejar el 1-0 y lo acompaña Cristaldo, autor del 2-0, un minuto después. Vélez volvió a ganar tras cuatro partidos.
En Vélez se lamentará durante un buen tiempo la lesión de un jugador de Selección. Pero para ir ahogando penas, bien pueden ir disfrutando de otro: Papa, la Papa de Dios.
Emiliano, héroe del ya lejano triunfazo en el Monumental, es el lateral izquierdo que Maradona tiene en mente para su Selección. Y justo el día en que se supo que Diego agarrará la Nacional, el ex Central le dio más razones para una convocatoria. Su cabezazo, llegando como 9, le puso el broche a la mejor jugada colectiva de Vélez (Cabrera para Cristaldo, Cristaldo para Martínez y centro perfecto) y encaminó un triunfo que no se olfateaba tan claro. Un ratito, nomás, había pasado desde la ovación de la tribuna de Liniers para el, anoche más que nunca (sin Somoza ni Cubero), referente del plantel.
Y ahora que el Fortín se sacó la malaria de encima, 'para qué está? La ilusión es el motor de toda vida y, dicen, lo último que se pierde. El tema es con qué ilusionarse. Vélez no puede volver a pensar en la lucha por el campeonato, porque su tren ya pasó. Y, por ende, Tocalli no puede volver a decir que el suyo es el mejor equipo del torneo. Es, en todo caso, un equipo que intenta ser prolijo, que tiene una idea clara, la de atacar por los costados, pero que sin velocidad es previsible, monótono. Y lo entendió durante el entretiempo, cuando todavía retumbaba el impaciente "movete, Vélez, movete", y en el segundo tiempo, sí, se movió Vélez.
Porque el que movió piezas fue Tocalli. Papa pasó a jugar más al medio y, con él, todo el Fortín se animó. Sin ataduras, sin vueltas, fue al frente y en un par minutos derrumbó el orden de San Martín de Tucumán, un conjunto con dos caras: limpio para jugar, raspador para marcar. Pero no hubo receta contra la dinámica del Burrito, en este caso, te desborda todo, Martínez. Si existió una brecha, fue la banda derecha, y el distinto que tiene este Vélez se mandó dos veces hasta el fondo y fueron dos goles.
En definitiva, los jugadores de la V demostraron en el arranque de la segunda parte lo que decían: que están con Tocalli. El cambio de actitud fue evidente, potenciado por la impaciencia de la gente. Esa gente debería disfrutar de un triunfo, pero sin cebarse.
fuente : ole
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