Emiliano fue venerado por todo Vélez tras el partidazo que jugó contra River. "Hay que ganarse el cariño en cada partido", rezó.
La corrida de 70 metros con una doble pared en el medio terminó de la forma menos esperada. Emiliano Papa no se nubló y, contra todo pronóstico, le picó la pelota a Ojeda. Si bien la genialidad no terminó en gol de Papa como hubiera merecido la jugada (finalmente la empujó Rodrigo López de cabeza), la repentización del lateral y la pureza con la que llevó a cabo el gesto técnico sorprendió a todos. "Son cosas que me salen en el momento. Me había quedado complicada para pegarle fuerte al lado del palo y opté por tirársela por arriba al arquero", se sacó mérito el ex Central ante la comparación que Olé le hizo con Ricardo Rojas, el de la vaselina en la Bombonera, jugando para River.
Obviamente que la atrevida jugada de Emi no pasó inadvertida. En el vestuario del Monumental, la alegría del plantel lo convirtió en el blanco de los abrazos, de las felicitaciones... Y de las gastadas. Claro, no lo tenían a Emi en esas andanzas. Y, aunque demostró que no es ningún santo, en realidad, todos eran conscientes de lo importante que fue el 3 para el triunfo del equipo. "Seguro que me sentí importante, pero esto es un equipo y lo importante es el resultado porque ganar te da más confianza", expresó, tímido y humilde, el Duende, como lo llama Jorge Fleitas (el preparador físico).
Papa llegó a Vélez a mediados del 2006, de la mano de Miguel Angel Russo. Luego, con la asunción de La Volpe en el 2007 fue perdiendo el lugar hasta que terminó yéndose a préstamo a Central. La gente de Vélez ya lo había apuntado y era blanco fijo para los insultos. Nunca pudo recomponer la relación hasta este torneo, que lo tiene con un rendimiento más regular y esta actuación beatificante ante River. Así, el Papa de Liniers inició el camino de la reconciliación. Igual, él mismo se encarga de aclarar que "en Vélez hay que ganarse el cariño en cada partido. Es un club que exige jugar bien siempre".
Ahora, para el defensor será tiempo de ratificar su prédica. Pero, para eso, tendrá que deshonrar a sus padres futbolísticos. Aunque no será un pecado. "Central es muy importante para mí porque nací ahí, pero ahora me debo a Vélez y ojalá sigamos para este camino. Es un rival difícil, pero creo que desde ahora nos verán distinto, nos van a respetar más y se van a cuidar", promulgó Emiliano XVI. Sí, porque en Vélez, Habemus Papa.
fuente : ole
viernes, 19 de septiembre de 2008
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