viernes, 26 de septiembre de 2008

El patio de la casa.

Jonatan Cristaldo, la nueva joya de Vélez, vive al lado de la cancha. "El club me dio una casa y encima escucho los recitales gratis, ja", dice. El juega de local.


CRISTALDO FUE UN ANFITRIÓN DE LUJO: POSA PARA OLÉ EN EL BALCÓN DE SU CASA. DE CHICO LE DIJERON QUE NO PODÍA JUGAR MÁS.

Una bandeja decorada con sandwiches de jamón y queso, pionono y gaseosas le dan la bienvenida a Olé. La vergüenza y la inhibición desaparecen cuando Jonatan Cristaldo desestructura y amenaza: "Déjense de joder y pónganse cómodos". Su casa no es cualquier casa: Vélez le alquila al Churry y a su familia un departamento a las espaldas del Amalfitani, en el barrio Kennedy, hace más de un año. Cristaldo, la promesa-realidad del semillero, retribuye el gesto: "El club me dio un hogar, un nombre y me encariñé mucho... Vélez me dio todo y encima escucho los recitales gratis en el balcón. Cuando viene algún grupo, mis amigos me llaman para que les ponga el celular".

Aunque ya no está en Lomas de Zamora, donde vivió siempre, Cristaldo no modificó su personalidad. Y hay registros en su prontuario de anécdotas que calcan que su humanidad sigue intacta: "Cuando estaba en Infantiles era suplente y no jugaba. Pero mis viejos igual me seguían a todos lados y viajaban. Yo me enojaba porque gastaban plata en ir a verme y ni siquiera jugaba".

-¿Cuando eras suplente pensaste en largar?

-No, porque esto es lo que más me gusta. Igual, me acuerdo de que una vez un médico de la obra social me dijo que no podía jugar más al fútbol porque tenía un problema de presión. Ese día, cuando volví a mi casa, me encerré en mi habitación y lloré toda la noche. Estuve tres meses parado hasta que en el club me hicieron otros estudios y por suerte no era nada.

Infiltrado entre trofeos y fotos de ocasión aparece una imagen de la Virgen de Itatí, a quien el Churry le ofrendó la remera de su debut. La camiseta de su primer gol la conserva su madre. Su cuarto gol ante River archiva otra de sus historias que cerciora la pintura del pibe humilde: "El otro día fui a comprar una tarjeta de celular, me agarra un señor y me dice: '¿Vos sos Cristaldo?'. Me re sorprendí porque no me conoce nadie. Llamó a su señora y me hizo sacar una foto con ella. Me dijo: 'Te estoy siguiendo. Te vi en el partido contra River'. No lo podía creer".

-¿Si no le hacías el gol a River ese señor no te iba a reconocer?

-Seguro que no. Ese gol me marcará de por vida.

-River y Boca son equipos que te pueden lanzar a la fama.

-Sí, sin duda. El otro día le decía al Bebu (Velázquez) que si hubiese estado jugado en River o Boca, habría salido en todos lados. Hubiera sido un Noir o un Viatri cualquiera, porque a Boca lo reconocen más que a Vélez. Al Bebu le decía que si él le hacía el gol al último minuto a Boca o River (se lo metió a Estudiantes) ya lo hubiese venido a buscar el Inter, ja.

En Inferiores una importante marca deportiva quiso que el punta (19 años) sea su promotor. El, humilde, lejos estaba de ostentar tal rasgo de consideración: "Cuando era más chico me daba vergüenza decir que Nike me daba los botines. Zafaba con un 'me los regaló mi papá o me los dio mi representante'". En Octava coincidió en una historia con su amigo de las juveniles, Leandro Velázquez: "Hubo un penal, Bebu y yo teníamos 12 goles cada uno, y el que lo hacía salía goleador. Agarro la pelota, lo miré y me reí. Le di, pegó en el travesaño, el rebote le cayó al Bebu y metió el gol. Ahora, siempre me carga y nos morimos de risa, ja".

Cristaldo no se preocupa si algún rústico defensor cuelga la pelota. Total, queda en el patio de su casa.

fuente : ole

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