Los hinchas suelen ser un fiel reflejo del pasar de los equipos. Es casi una consigna recíproca. Si sobre los clubes asoma el ocaso, las penumbras abrumarán las pasiones populares y el apocalipsis emergerá desde las tribunas desvastando la armonía del plantel. Pero cuando el arco se abre los hinchas se regodean, se relamen, se exteriorizan, gozan, disfrutan y, entre otros síntomas emocionales, cuelgan carteles. Carteles que aparecieron en la Villa Olímpica y que evidencian y celebran el presente futbolístico (el superávit institucional, financiero y deportivo sonaría a redundancia) que transita el equipo fortinero. "Jugadores, cuerpo técnico y utileros suerte en el Apertura 2008. Vamos Vélez de mi vida", expresa la bandera. Al extenso afiche lo firma La Pandilla, la barra brava de Vélez. El mensaje fidedigno adorna la panorámica habitual de las prácticas del plantel profesional. La logística de la Barra acertó en su planificación: mira de frente a las canchas de entrenamiento. El otro es menos universal. "Bienvenidos a casa Flaco y Poroto. Mucha Suerte", reza el cartel personalizado para Somoza y Cubero, también firmado por la hinchada. El trapo cruza la entrada al edificio principal de la Villa Olímpica, en donde 30 jugadores se alojarán hasta el jueves inclusive. El folclore del bueno genera simpatías, aunque también es preciso recordar que La Pandilla tuvo un cortocircuito con el plantel en el torneo pasado, cuando acusó a los jugadores porque faltaba compromiso y por supuestas salidas en boliches nocturnos. Es sabido: pan para hoy, hambre para mañana... Por eso, Olé consultó con la dirigencia para saber cómo había surgido la iniciativa: "No sabía nada. Ahora me pondré a investigar qué sucedió", explicó el presidente Alvaro Balestrini.
Hoy, la vida de Vélez es color de rosa. Todos están contentos: hinchas, jugadores, técnico y dirigentes. "Cuando una de las patas no está bien o la relación es tirante no se puede conseguir nada", dijo Somoza. La mesa está estable.
fuente : ole
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