lunes, 16 de marzo de 2009

Un golazo a la esperanza,

Cuando River se encontró con la ventaja por el lindo gol de Cristian Villagra; Vélez igualó merecidamente el cotejo con una perla fantástica de Rodrigo López. Chilena y empate para un conjunto de Gareca que fue mucho más, jugó al fútbol y sigue luchando.

Era el partido esperado; y se puede uno animarse a decir, el partido de la fecha. Por la sexta del Clausura, se enfrentaban Vélez y River, el duelo que supo ser clásico en los noventa en la lucha por los títulos y que hoy se ha ganado el mote de partido muy importante debido al prestigio de ambos.

Además, el condimento extra que se supo alimentar desde los medios con el arribo de Cristian Fabbiani al Amalfitani, tras su impresentable desplante a una institución que le había brindado todo aún antes de pertenecer. Pero bueno, generalmente a esta clase de personas le suelen suceder cosas como las de esta tarde, ser lo más flojo de una tarde que tuvo sensaciones altas. Nada del Ogro, todo del Poroto. Porque Cubero fue el emblema desde la entrega y Otamendi el abanderado al mejor del campo de juego, para un empate que Vélez merecía junto a un poco más de suerte.

Porque este Vélez de Ricardo Gareca va formando la personalidad del que sale a buscar en cualquier cancha. Tiene material para jugar al fútbol y lo hace, lo disfruta y así también lo sufre. Busca en Maximiliano Moralez la generación exacta, acompañado ahora por Ramón Darío Ocampo (tras la lesión de Nico Cabrera); con la subida de Emiliano Papa y las picantes diagonales de Joaquín Larrivey y Rodrigo López. Porque se sabe sostener en el fondo con el experimentado Sebastián Domínguez y el joven Nicolás Otamendi, quienes hicieron de la ultima línea del Fortín una barrera muy difícil de traspasar. Qué lindo dolor de cabeza Ricardo cuando se recupere Ponce en esta semana!.

Pero lo más importante también es que Germán Montoya comienza a ser el arquero que necesita un equipo que aspira a lo más alto; con intervenciones de clase como las que mostró esta tarde en la que sin lugar a dudas, su equipo mereció más. Más desde la idea, ante un River mediático al que le muestran sólo sus llegadas por televisión. No se engañe, salvo un manojo de situaciones (un remate de Buonanotte y un cabezazo de Falcao), al equipo de Gorosito no se le caía una idea más allá de que el algunas dudas en Vélez les abra un claro. Nada, como la tarde de Fabbiani.

En cambio, Vélez mostraba todo lo mejor de su repertorio, con aciertos y errores, pero con el arco rival en la mira; cualidad que lo mantendrá vivo en la lucha del campeonato y que hace que la gente se ilusione copando el Amalfitani como esta tarde.

En el complemento la historia no cambiaría. Fue así que Vélez tuvo la más clara del partido (aunque Ahumada vea lo contrario) en los pies del Bati Larrivey, al que aún sin convertir le agradecemos que quiera, respete, defienda a Vélez y lo haya elegido para seguir creciendo en el fútbol. Ocampo se apiló a unos pares de defensores de la banda, para ponerle en cortada un pase al Bati que con una media vuelta sacó un remate que se encargaron de desviar tanto Barbosa como su palo derecho. Vélez tenía el fútbol, las situaciones y lo justificaba en el campo de juego. Pero un poco por levantada de River y otro poco por falta de personalidad de Beligoy, la visita se adelantó en el campo. Y en un desconcierto, se encontró con una exquisita definición de Cristian Villagra que con una vaselina dejó sin chances a un Montoya que se atajó todo. River ganaba, sin haber hecho suficientes méritos en le formularios de requisitos para llevarse los tres puntos; y todo Vélez masticaba la bronca de las chances perdidas. A la cancha Jonathan Cristaldo e Iván Bella, para darle piernas frescas al equipo ingresando por Maxi Moralez y Darío Ocampo, respectivamente. Vélez pasaba a jugar con tres puntas, buscando desesperado la igualdad. Nivelación que llegó tras un centro de Zapata con derecha, encontrando de espaldas al área a Rodrigo López, que tras acomodarla con su pecho despachó una tremenda chilena en un movimiento para clavarla bien abajo lejos del alcance de Barbosa. Explosión y delirio. Salió corriendo el Ro-Ro como quien aprueba un examen cada domingo con la boca llena de furia y en cueros para ofrendar su camiseta a la platea norte baja. Ahora sí, las cosas volvían a su lugar y con el empuje de su gente, el Fortín iba por más.

Pero el impulso duró lo que un suspiro, porque en una clara chance de Vélez, Cristaldo infantilmente reaccionó a un agarrón de Ahumada con un puñetazo y vio la roja de un Beligoy que debía haber cobrado primero la falta del jugador de River y si quiere expulsar al de Vélez. Pero bue… es pedir demasiado.

Con uno menos la cosa cambió, más cuando Gareca mandó a campo a Díaz en lugar de Larrivey, ya que se veía con el ingreso de Rosales que Gorosito iba a profundizar a espaldas de Bella por la derecha en el mano a mano con Cubero. Un cambio este que dio para la polémica, pero que también hace pensar en que con uno menos y a la altura que se estaba del encuentro, la punta no quedaba tan lejos.

Vélez mereció más, juega mejor y sigue luchando por alzarse con el torneo doméstico. Una tarde que tuvo todo y a la vez nada. En las fábulas animadas Poroto se comió al Ogro, que faltó a la cita en Liniers. Vélez sumó un punto para la lucha grande con un golazo que mantiene la esperanza.

fuente : velezsarsfield.com.ar



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