domingo, 10 de mayo de 2009

Vélez y Racing: el coraje como emblema.


La Academia se imponía por 2 a 0, con una sólida tarea, pero el líder se recuperó, consiguió el empate y sostuvo el invicto, pese a la expulsión de Ponce; Yacob y Ramírez, de penal, abrieron la cuenta; Domínguez y Zapata la cerraron.


El gruñido es de coraje. Fiero. Seco. Liniers se estremece con la entrega, por más que las ideas no fluyan con tanta nitidez. Se habla en general. Se ven cejas arqueadas, rabietas. Racing hace un culto de la actitud en sus últimos compromisos. Y Vélez se apega a eso de sentirse invencible frente a la adversidad, como infalible tabla de salvación en defensa de un liderazgo.

Se festeja el empate porque el partido estaba perdido para Vélez, que veía como su invicto caía en las redes de Racing. Se celebra el 2-2 porque la cima quedó a resguardo: Lanús sólo podrá igualarlo si hoy derrota a River. Se grita porque el equipo dio otra -sí, otra más- muestra de carácter y, con un jugador menos por la expulsión de Ponce, recompuso la línea. Se agradece, en síntesis, porque se jugó mal y así el punto vale más. ¡Y cuánto!

Racing hizo lo habitual: invitó a su adversario a un campo de espinas y cardos. De sólido bloque defensivo, a veces con nueve jugadores en posición defensiva, la Academia puso a Vélez siempre en una posición incómoda; inmovilizó a sus mejores valores y, lentamente, lo obligó a repetirse en fórmulas sin sentido. Apenas en los diez primeros minutos Vélez insinuó el juego fluido que desde hace rato lo mantiene en lo alto.

Es más, fue uno de los encuentros en los que más variantes mostró Racing. Casi todos los ataques empezaron por la derecha y, con un criterioso toque, descubrió los espacios vacíos por el sector opuesto. De Zuculini a Yacob y de Yacob a Lucero. De un lado a otro. Así siempre. Lugüercio, infatigable en el esfuerzo, formó una interesante sociedad con el tanque Ramírez, cuya peligrosidad quedó en evidencia con el juego aéreo.

Vélez no se desperezó. Se sintió atado. El esquema con tres atacantes se mostró flexible. De a ratos, Rodrigo López o Cristaldo alternaron en la conducción, pero Larrivey, sin la confianza de las primeras fechas, no abandonó la flojera; incluso, fue reemplazado en el descanso por Velázquez, que contribuyó con más movilidad. Como punto alto quedó otra vez expuesta la solidez de Otamendi, de sincronizado anticipo y que hasta se animó con algunas apariciones ofensivas.

Por más que lo intentó, no hubo caso: Vélez tambaleó. Sobre el final del primer tiempo, Yacob se anticipó con un cabezazo y anotó ante la frágil resistencia de Montoya. Antes también pasó zozobra con un remate de Sosa en el que se lució el arquero, con un cabezazo de Ramírez bien resuelto por Montoya y con una salvada de Cubero con lo justo frente a Ramírez.

La fortuna de Vélez en el Clausura pareció dilapidarse con el penal de Razzotti a Lucero. Sin embargo, la conquista de Ramírez no hizo más que envalentonarlo. Entonces, se escucharon bufidos . Zapata confirmó la mejoría, se asentó en la mitad de la cancha y apuntaló a cada uno de sus compañeros. No le importó la posición de Racing, que se respaldó en sus viejas mañas para que el tiempo transcurriera sin mayores riesgos. No lo logró. El descuento de Domínguez, de cabeza, fue el impulso necesario, el viento en la espalda. El impecable tiro libre de Zapata equilibró el resultado y liberó el soplido de alivio en Vélez.

Ninguno dio el asunto por terminado. Y los chispazos se dibujaron en el ambiente. Castromán comandó un ataque y su remate, desde un ángulo cerrado, pegó en el palo. En la réplica, Rodrigo López le cedió el gol a Velázquez, que falló desde una posición inmejorable. Increíble. Fue el pico máximo de emoción. Así se cerró un verdadero choque de estilos, de corajudos.

EL DATO
La Academia sigue firme en la cosecha de puntos

En la lucha por la permanencia, Racing alcanzó los ocho partidos sin derrotas, con cinco victorias y tres empates. El último traspié fue contra Tigre por 4-1, en Victoria, por la 5» fecha.

LO NEGATIVO
Franco Sosa llegó al limite de amonestaciones

El defensor de Racing (foto) acumuló anoche cinco tarjetas amarillas y se perderá el partido frente a San Martín, de Tucumán. Como curiosidad, fueron amonestados apenas entraron Wagner, Martínez y Ponce, luego expulsado.

LA ESTADISTICA
Vélez prolongó el invicto en el Clausura

El conjunto dirigido por Ricardo Gareca aún no perdió: lleva siete victorias y seis empates. La última vez que cayó fue ante Huracán por 3-0, por la 19» fecha del Apertura 08.

  • Reclamos para Brazenas: una bien y una mal
    Los jugadores de Racing miraron con recelo a Gabriel Brazenas. Hubo dos jugadas: en la primera, el árbitro no vio una mano de Fabián Cubero dentro del área, tras un centro largo. En la segunda, Brazenas acertó en la falta que le cobró a Franco Sosa sobre Jonathan Cristaldo, que terminó con el descuento de Vélez. Por el reclamo expulsó a José Chatruc, que estaba entre los suplentes.

fuente : la nacion

Oh, mi capitán...



Y pensar que lo puteaban. En Liniers, Víctor Zapata era resistido. Leyó bien: era. Hoy, el Chapa, hidalgo capitán del Fortín, es puntal del equipo, tanto que ayer le dio el empate con tiro libre excepcional. Perfil bajo, él nunca hace referencia al tiempo pasado, que no fue mejor. Por el contrario, se aferra al presente, llevando agua para el molino del plantel: "Hay algo que nos identifica: lo anímico. Hay gente que puede levantar cualquier situación. En lo anímico siempre se vio que Vélez lo fue a buscar".

Y, como buen capitán, no eludió la autocrítica: "Nos vamos con dolor de cabeza. Jugamos mal, no hicimos un buen partido. Lo bueno es que haciendo mal las cosas empatamos con un rival muy difícil. En lo anímico estamos muy bien, como siempre, por eso pudimos recuperarnos después de estar 0-2".

fuente : ole

La horma de su Zapata.

Racing bailó durante 70 minutos al líder e invicto, se puso 2-0 e iba a más. Pero se tiró atrás, abusó de las faltas y, gracias a una, el Chapa clavó el empate.



Vélez rescató uno de esos puntos que, al cabo de las 19 fechas del Clausura, cuando repare en lo que fue y en lo que debió haber sido, le provocarán satisfacción. ¡Cómo no celebrarlo ahora y después si debió dejar invicto y, peor aún, la punta a disposición de Lanús! Por algo es líder: saca pecho cuando aparece tormenta, busca y rebusca para enderezar una mano torcida y ni siquiera se resigna cuando el punto ya supone recompensa. Porque Velázquez pudo haber sellado otra recuperación fantástica, en el nivel de la ocurrida hace un par de semanas en Santa Fe. Pero se impone una certeza mayor: Racing honró el viejo apodo de Academia, desmentido tantas veces en las últimas décadas, con una lección de posgrado futbolístico, una ejecución en la que la explotación de virtudes propias y defectos ajenos nació de la capacidad de anticipación de Ricardo Caruso Lombardi.

Vélez admite sus ambiciones y no tiembla cuando sale a sostenerlas. Ricardo Gareca dispone tres delanteros que se ubican como tales y comprometen sus esfuerzos en la zona más próxima al arco rival. Y suma tropa con Papa y Díaz por cada banda; y se recuesta en la firmeza de Domínguez y Otamendi para bancar atrás, cara a cara con los puntas rivales, sin que esa pretensión le genere sobresaltos.

Caruso lo sabía, sospechaba que el local recargaría las llegadas por afuera, y organizó la resistencia. Luego de 10 minutos, los del inicio, en los que a Lucero le costó contener a Díaz y Cáceres sufrió con Cristaldo (el paraguayo levantó, y mucho, cada vez que nutrió a los centrales), Racing empezó a desbaratar a Vélez con el plan perfecto, que consistió en obstrucción ya en la primera línea, donde Lugüercio ahora cuenta con la compañía de un Ramírez sin lastre, y despliegue sin pausa en el medio. A Zuculini le dio el cuero para ir sobre Zapata, para morder cerca de Razzotti y para aparecer libre, en el área local, para mostrarse como descarga. Cuando entienda que, en ocasiones, conviene bajar un cambio, será difícil encontrarle techo. El pibe ya no es sólo una cabeza bonita... Tal vez, de tanto jugar al lado de Yacob, aprenda a resolver a un toque y a correr menos que la pelota. Porque eso cumplió Yacob: pase simple, por lo general el primero en las aperturas hacia los laterales, donde sobresalió otro pibe made in Racing. Lluy tomó el callejón liberado por Papa y lo convirtió en camino liberado. Cada bocha cruzada encontró receptor a pleno; por eso, ya antes del 1-0, los de Caruso habían puesto sucesivamente a Sosa y a Ramírez (dos) en posición de convertir.

La inclusión de Ponce por Razzotti fue el indicio de que Vélez no podía penetrar. Pero lo que el remate externo del chileno no aportó lo dio Franco Sosa, con dos faltas por abuso de torpeza que derivaron en los goles (Migliore, esta vez, no ayudó). Ese es el detalle que tendrá que revisar Caruso, desterrar una tendencia a la infracción -encima, en terreno propio- que promueven perjucios antes que beneficios.

fuente : ole

Velez 2- racing 2. fecha 13.






























“Aún jugando mal, Vélez lo pudo ganar”.

Este plantel tiene gente grande y chica que te puede levantar cualquier situación. Hoy se vio dentro de la cancha que aún jugando mal Vélez lo pudo ganar, dijo Zapata.

Con su gol le dio la igualdad a Vélez en un partido realmente difícil y complicado. Sin embargo, Víctor Zapata, capitán y figura, reconoce la falta de fútbol de su equipo pero a la vez, destaca la entereza de grupo para revertir un resultado muy adverso.

“Se empató y fue un partido malo nuestro. Solo eso”, suena en la voz de Víctor Zapata desde el vestuario ganador mientras que le pone cuerpo a una actuación muy floja de su Vélez desde lo futbolístico, pero a la vez grandiosa desde la entrega.

“Esta visto dentro del campo que podemos estar dos a cero abajo y que el equipo siempre lo va a buscar. Eso es algo que caracteriza a este grupo. Tenemos que seguir mejorando porque hoy no hicimos un buen partido”, reafirmó en sus declaraciones el capitán y responsable de la igualdad con su excelente tiro libre.

Sobre el final, Vélez tuvo una contra que de afinar la puntería pudo significar en un nuevo hito importante en la historia que escribe en este Clausura; más allá de la que escribió finalmente al levantar un resultado adverso que ya lo daba por muerto. “La última jugada fue mala suerte, más de uno se habrá muerto. Era la última jugada y significaba la victoria. Hay que estar tranquilos porque se empató aunque no hicimos un buen partido. Nosotros lo fuimos a buscar siempre”, destacó el Chapa al mismo tiempo que completó diciendo “la hicieron bien la jugada, lamentablemente el Bebu (Velázquez) la agarró mal la pelota. Pero bueno, es parte del juego, suele pasar”.

-¿Se disfruta del encuentro cuando un equipo hace tanto tiempo?

-No, no se disfruta el partido porque hubo muchas de esas cosas. Hay equipos que tienen esas cosas como parte de su juego y no digo que está malo o está bien. Tienen otros compromisos y por otras cosas para pelear que no es el campeonato. Lamentablemente es parte del juego y es donde tiene que ver el referí.

Este juego de Vélez que desde su entrega te hace sufrir para conseguir lo tan hermoso que regala al finalizar el encuentro, hizo que hasta su entrenador acuse un malestar físico mental y necesite atención médica poco antes de que Zapata consumara el empate. Una clara muestra de cómo se vive este presente con Vélez peleando en lo más alto. “A nosotros mismos nos duele la cabeza si ves lo que fueron los noventa minutos, jugamos mal, no hicimos un buen partido. Pero ahora ves que jugando así y empatar con un rival que fue difícil, eso te pone mejor”, comentó el ex Valladolid de España.

-¿Este es un empate que fortalece desde lo anímico?

-Desde lo anímico siempre estuvimos bien, aún perdiendo dos a cero el equipo desde el ánimo estaba muy bien. Eso es algo que nos identifica. Este plantel tiene gente grande y chica que te puede levantar cualquier situación. Hoy se vio dentro de la cancha que aún jugando mal Vélez lo pudo ganar.


fuente : velezsarsfield.com.ar